UN VINO
Mientras el aire huela a vino
será tiempo decente,
no malgastará el espacio las nostalgias ni los sentidos,
que de las duelas surge ensamblado y noble.
Vino, como alimento y placer,
para saborear en él la bota, el lagar, la tierra;
para sacar de él la ubre, el color, el paladar.
Mientras los hombres se desentrañen
mimando la cepa, será tiempo de acopio y acercamiento,
será regla de calma, efemérides cotidiana
no más lejana de la mesa, la candela, el plato, la familia y los hechos.
Cuando casi no se precisa otro consuelo,
que ya está en las paredes.
Mientras sea hablar
de vivir con el vino, de nacerlo, de dedicarle la jornada del sol,
la espera hasta la cosecha,
de probarlo, de amarlo,
será tiempo de liturgia de bienvenida.
Se hizo tal vez pálido aquí
y tinto en otro predio,
para distinguir solo los sabores
y nunca la paz de su probanza.
Ramón Llanes.
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