Llévame
contigo
en
el puño abierto,
en
la risa, en tu pasión.
Llévame
despacio a donde quieras,
a
pintar, a descubrirte, a enquistarme en ti,
llévame
a tu crisol
que
allí viviré hasta que otra vez me encuentres,
que
allí dejaré huellas de hombre,
nanas
de hombre, rabia de hombre.
Llévame,
amor, ahora que tienes hueco
y
la tarde nos precede,
ahora
que suena a óleo negro,
llévame
al retiro, a la espuma, al eco.
Alcánzame
la soledad esta
y
ponla en remojo, que se pudra.
Alcánzame
tu bienvenida
que
me mime, que se estire
y
pronostique algo menos
frío
y seco que la ausencia.
Llévame
y, si quieres, me escondes
en
tus ojos.
R.Llanes.
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