2.-
vino
el silencio
La
inocencia formalizó amistad con los recién llegados,
prestó
el cuenco de beber,
prestó
la gubia de artesanar los modos,
se
hicieron los ecos en la estancia
y las
paredes ensordecieron su murmullo
de
afonía, vino el silencio y se quedó mudo
de
tanto manjar. La palabra estaba, a sus anchas,
inquieta
y deseante.
El
mundo desapareció con un trueno,
solo
un susto le invitó a la salida.
Ramón Llanes. (FÁBULA DEL VACÍO)
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