RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

domingo, 4 de febrero de 2018

BOLLULLOS PAR DEL CONDADO (Reposo Neble).

Neble Valbuena, Reposo
Bollullos par del Condado 1929-1984

BOLLULLOS PAR DEL CONDADO


SIENA: la tierra se está secando con sabor a grillos.
VERDE.- Un mar de viñas, cerca y lejos.
BLANCO. Las casas son los espejos del sol.

Bollullos siena, verde y blanco. Huele a calor y a tierra. Dulces y calientes los racimos se mecen en el serón. Dentro del serón una canasta de varetas de olivo, por encima las parras protegiendo los frutos. Siesta. Mansedumbre. Silencio. A lo sumo un niño desnudo escapa de su casa y ríe. Una banderilla al silencio. El silencio -toro manso- sacude el testuz sangriento y se tiende. Despacito vienen los hombres del campo. Los burros lentos -grises, negros, castaños- balancean la carga. Los hombres, rostros de arcilla, destilan por las blusas las últimas gotas de agua hasta quedar en el barro sediento. El sudor pone manchas agrias en la ropa. Los perros -rojas y colgantes las lenguas-, calman su cansancio, rascándolo por las fachadas. Los perros, a compás de las cabalgaduras siempre, si las adelantan las miran ladeados, como perdida parte de su sombra. Calor. Calor. Agosto, las tres de la tarde de un día cualquiera. Bollullos, siena, verde y blanca.
Los siete colores del arco iris. El sol derriba a las nubes y al vuelo de los pájaros. En el azul, el viento está desmenuzando un ala. Los siete colores del arco iris tienen esta luz. En radiografía cae a velo todo lo falso. No quedan ni los huesos. Solo queda la raíz del corazón. Sólo queda un hombre- no un símbolo-, las manos ocres, un verde racimo en ellas. Todo es luz, ¿dónde está la sombra?. La luz la ha ido replegando hasta la nada de su no ser. Es Bollullos. Es agosto. Son las tres de la tarde. Por una bocacalle el ruido de un tractor hierve un momento y pasa. Se recogen los arrumbadores, chaqueta de dril al hombro, abierta la camisa, negros los pechos, los brazos marcando un ritmo despacioso, por las aceras.
El vino de Bollullos. Sol desde los labios al alma. Desde la venencia a la copa crece un rayo de luz. Huye la pena. El vino de Bollullos para la marcha de la tristeza. Para negociar, para amar lo mejor una copa de vino suave por fuera y caliente por dentro. Pronto, muy pronto, vendrá la vendimia. El “dios está azul” de Juan Ramón se convierte en dios dorado. El solo pensamiento del vino sobre el mantel pone un extraño optimismo en el pesimismo natural de los hombres del campo: “¿Qué te decía, Manué...? la viña está “revolcá”-.
Es agosto. Son las tres de la tarde. Hace calor. Pasan los burros despacito y los perros siguen restregando su cansancio.

De la Antología HUELVA ES VERSO
















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