NOS QUIEREN QUITAR LO
“BAILAO”
Ya no estamos tutelados
por un estado de derecho, hemos perdido el uso de sentirnos en la
lealtad de las leyes y olemos a rechazo y conflicto para quienes
quebradamente ejercen el poder. Siempre se acercan con tibieza a
encontrarnos y luego nos remiten misivas de 0,25% alegando fuerzas
mayores inexistentes. La pensión es un derecho impuesto como norma
constitucional en su artículo 50: Los poderes públicos
garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente
actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la
tercera edad. Asimismo, y con independencia de las
obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema
de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de
salud, vivienda, cultura y ocio.
Este
mandato se viene incumpliendo con tal naturalidad que no somos
capaces de consentir una manifestación o una rebeldía por miedo a
que nos quiten el derecho y hasta lo “bailao”; nos anuncian la
falta de capacidad económica del estado para hacer frente a una
subida adecuada de las pensiones -ignoran el derecho contraído-,
emplean casi cuatro mil millones de euros en comprar un submarino
militar, rescatan autopistas, arreglan las cajas de los bancos, se
suben sus sueldos, sus dietas y aumentan sus prebendas pero no tienen
para subir las pensiones más allá de esta miseria -siguen ignorando
nuestro derecho-; una mayoría de los pensionistas de este país se
manifiesta para mostrar su disconformidad con tal política y el
político ladrador de turno tacha el hecho de inusual, inoperante y
propio de la vejez – se guardó el calificativo de “demencia
senil”-; se siguen burlando de nosotros y de todos. No saben que
incluso quienes les votaron estuvieron presentes en las filas de las
protestas.
Ningún
miedo nos trae ahora el viento, seguiremos en nuestra pacífica
rebeldía hasta conseguir un trato sencillamente constitucional, y
estad seguros de nuestra victoria. A vosotros nos referimos, a
vosotros ineptos gerifaltes de esta ortopédica manera de destruir
nuestra felicidad.
Ramón
Llanes. 27 febrero 2018.
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