REFLEXIONES
AGNÓSTICAS SOBRE LA PAZ
Nos
estremece pensar que Paz y Guerra, concordia y discordia, conflicto y
acuerdo provienen de la misma raíz del pensamiento, del mismo gen;
son parte de un cuerpo creado para la utilidad de la vida y función
generada a través de la evolución natural y humana del hombre. Aún
estremece más saber que estas premisas que nos llevan a la invención
de estas fórmulas de convivencia o destrucción tienen su fuente
administradora, organizativa y creadora en el sentimiento; el horror
y la ternura, la violencia y el beso, la creencia en el mal y los
arrojos en el amor, todo se cuece en el alma que los convierte en
sentimientos innatos al ser.
Nos
estremecemos amablemente con la luz, luchamos contra la guerra para
llegar a la Paz, sentimos la necesidad cotidiana de evocar medios que
conduzcan a un mundo mejor; quienes practican la insidia, el
conflicto o la guerra hasta llegar a la muerte, también consideran
que lo hacen para lograr un mundo mejor; es la paradoja
incomprensible de la mente, desconocemos la nitidez de los
sentimientos positivos para la existencia y no encontramos aún las
diferencias entre el bien y el mal, la muerte y la vida, la lealtad y
el dogma. Algo sobra, alguien está de más, todas las
contradicciones no caben en la misma capacidad, quizá sobremos
nosotros, los más dignamente humanos, los menos dignamente
irracionales.
Mientras
nos abren la puerta de salida para la expulsión seguiremos apostando
irremisiblemente por la Paz a modo de Vida.
Ramón
Llanes 7 abril 2016. Aljaraque (Bellavista)
POETAS
DE HUELVA POR LA PAZ.
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