MITOS Y MANÍAS
Mi mesa de despacho es
un pueblo, de todo he subido a su atalaya más alta para que la luz
de la fina lámpara blanca ilumine con delicadeza cada perfil de las
cosas con ternura que ocupan mi espacio protegido. Juan Ramón vino
de Acracia en canto rodado de molde con afecto incrustado, él
preside ambientes de lírica; luego un trozo de la mina madre, piedra
a modo de homenaje, se añade para tener siempre la memoria en lo
profundo, que una mano minera amiga me regalara con un abrazo. Son
los colores distintos de lapiceros, rotuladores, plumas y demás
personajes del mundo del escribir diario quienes me arropan los días
y me inspiran versos. Y más allá de otros complementos de alma como
la ilusión, el sosiego, la pasión y la vida, nada trasciende de la
mesa porque nada más requiere. Mi pueblo en una mesa donde ni el
olor se echa en falta.
Ramón Llanes. 4 Febrero
2018.
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