PRESENTACIÓN
LIBRO EL CAJON DEL SATRE
RAMÓN
LLANES
BIBLIOTECA
PÚBLICA HUELVA
JUEVES 1
DE FEBRERO 2018
Francisco
José Martínez López
Ex Rector de la Universidad de Huelva
Hoy
tenemos que felicitarnos por poder presentar un libro. Sí, sí, un
libro, esa “rara avis” que germina en esta publicación que hoy
tenemos en nuestras manos, y en nuestra alma. Y es que el nacimiento
de una obra literaria es para celebrarlo, en esta época de
adormidera de la mente a través de la televisión que nos roba todos
los sentidos y nos da una comida rápida que no necesita ningún
esfuerzo de nuestra imaginación.
En
las presentaciones de libros se suele hablar del pecado y del
pecador. Me ha dicho Ramón que hable sólo del pecado, de la obra, y
no del pecador como dice el refrán. Ramón es de sobra conocido por
todos, en su obra literaria y en se frenética actividad en pos de
nuestra cultura, aunque algo diremos.
Este
libro nace de un verdadero cajón de sastre. No el del autor, sino
del de su padre, que es el destinatario de la dedicatoria del libro,
junto con la familia de Ramón y también ese grupo extraño de
personas, los poetas, que pescan emociones en el mar revuelto de la
vida.
Cajón
de sastre, el lugar donde se guardan las cosas importantes, las
inclasificables, la que no tienen un lugar estándar preasignado,
pero a las que se quieren encontrar cuando son necesarias.
En
el cajón de sastre de Ramón viven las musas, es el parnaso de lo
que piensa, compartimento de turbaciones y angustias y también de
delirios y alegrías, almacén verdadero de lo que a uno le importa,
por eso esta obra lleva como subtítulo, Líricas, rebeldías y
pensamientos.
El
libro es un verdadero cajón de sastre, con las cosas, lo textos,
ordenados según se depositan, no hay un índice que permita
encontrar algo concreto, hay que mirar al cojón en su conjunto para
encontrar lo que se busca.
Así
es mejor, utilizar el placer de hojear y ojear (con h y si h) para
encontrar lo que se anhela.
Y
lo que se encuentra es la pasión por la literatura. Ramón es un
escritor, no porque escriba, sino porque necesita la literatura. Su
cerebro se mueve al pulso de su mano plasmando en letras y palabras
emociones que tienen que aflorar. Para Ramón la escritura es como su
añorada minería, sacar el mineral para sublimar el metal, sacar
sentimientos destilados en textos.
En
el fondo, Ramón ha heredado la profesión de Pepe, su padre, y de su
tío, sastre, aunque Ramón compone trajes con textos en vez de
telas, cosidos con palabras de todos los colores y texturas.
Y
es que escribir es una necesidad, ya Juan Ramón hablaba de la botica
de la poesía, y en este cajón de sastre hay medicinas de las
emociones y lírica poética en un libro en prosa.
Y
esas medicinas sirven para hacer un canto a una tierra herida, llena
de magia, bendita, bíblica, ese Andévalo dónde mora Tharsis y su
leyenda, donde la vida cotidiana juega con el destino, y sus gentes,
curtidas en su cruzada contra el cancerbero de los tesoros de la
tierra, al que siempre han vencido, también penan, sobre todo cuando
la lucha es contra el hombre que se apodera de la vida de los otros
hombres.
Por
eso este libro es reivindicativo, es un cajón de sastre en el que se
guardan lamentos y protestas, sed de justicia en aras a conseguir una
tierra mejor.
Y
Ramón, laboralista de profesión, ahora de omisión en su merecido
júbilo, no deja de reivindicar lo que es justo para nuestro pueblo.
Y
es que, a veces, el esfuerzo de las personas define la cultura de un
territorio, como ocurre con este libro, fruto de la maravillosa pluma
de Ramón, en el que se evocan tierras de leyendas que reviven, con
sus alegrías y sus farsas, en la remembranza colectiva.
Nos
encontramos ante relatos llenos de pinceladas que colorean un tiempo
pasado, “cualquiere fue mejor”, que nos trasladan a un Andévalo
pleno de pueblos y vida.
Textos
con prosa, casi siempre poética, que conforman noticias, que
explican cosas o que demandan nuevas oportunidades y lo que se
considera justo con algunos territorios que sufren los vaivenes de
los gobernantes.
Hay
que agradecer a Ramón Llanes por trasladarnos sus vivencias y
desvelos en esta magnífica obra literaria.
El
alma de trovador de Ramón se destila en esta obra, en la que nos
podemos parar a contemplar las musas que habitan en las minas
andevaleñas y la sociedad de está cautivadora tierra.
Las
minas, al igual que la sociedad, se retratan con sus azufres, sus
ácidos, sus vitriolos, con sus cortas y su abandono, ansiando que
este olvido sea pasajero, que la mítica Tharsis vuelva a desafiar al
coloso enterrado en la tierra y sea capaz de aflorar los metales
nobles, que son eternos y que a veces los contemplamos como etéreos,
al ver las ruinas de una epopeya que marcó para siempre nuestra
tierra.
La
memoria y el tiempo juegan en las palabras de Ramón Llanes. Los
recuerdos toman vida en los textos y se mezclan con los del lector en
una simbiosis que nos traslada a la evocación de un pasado muy
reciente, ya del siglo XXI, y un difícil futuro para nuestra Huelva
y su Andévalo, una tierra prodigiosa que sueña las ilusiones que
este libro ilumina en su todo su esplendor.
Por
estas páginas desfilan muchas utopías, con las que arreglar el
mundo, que mezclan alegrías por un horizonte anhelado y un pasado
evocador.
Ahora
Ramón es también, como llamamos hoy, gestor cultural de la paz.
Vive en la poesía, ese arte olvidado porque no se calla, que pregona
lo bueno y lo malo, muestras pasiones bajas y altas, que desencadena
emociones en torno a la paz, que no es más que un deseo, un
horizonte anhelado que no llegamos nunca a alcanzar.
Y
es que este libro no es de omitir pensamientos ni cavilaciones. La
democracia y sus advenedizos es analizada con profusión, en un mundo
en el que el todo se cambia a ritmo de posverdad, que es el eufemismo
para disimular las infamias y mentiras, pues hoy día se difama que
algo queda, ese es nuestro deporte favorito.
Por
eso hacen falta escritores de la VERDAD, con mayúsculas, y Ramón va
metiendo en este cajón de sastre lo que piensa, y los políticos no
salen muy bien parados. Las tijeras del sastre hacen muy bien su
trabajo, mutilando las mentiras con las que muchos desalmados nos
quieren engañar.
Este
es un libro para buscar cosas sin encontrarlas y llegar a otras que
nos llegan por sorpresa. No hay que leer esta obra secuencialmente
como una novela, esto es un cajón de sastre, en un momento se
descubre una cosa y en otro algo diferente, hay de todo.
El
único nexo de unión de la obra es que los capítulos, textos o como
queramos llamar a los argumentos y discursos preñados de sentencias
que forman este cajón de sastre, están datados, con fechas de
muchos años de escritura.
En
cambio, no están georreferenciados como diría san Google, no se
dice dónde están escritos, salvo los de un día concreto, muy
especial en la mina, el de Santa Bárbara, que siempre se dice que
están escritos el 4 de diciembre en Tharsis.
No
se especifica donde están caligrafiados los textos, pero si se habla
de muchos sitios concretos, de pueblos del Andévalo, de viajes por
estas tierras, de romerías, de vida, de esa verdadera existencia que
sólo se concibe en nuestros pueblos.
Y
es que este es un libro engendrado en la cotidianidad, en la
actividad diaria, desde que el despertador te rescata de las garras
de Morfeo hasta que el cansancio te vence tras un largo día de
cuajado de acontecimientos.
Por
eso, aquí despuntan sentimientos que nacen en tertulias de bar, que
se custodian en armarios y estanterías y que terminan en forma de
magníficos textos en el cajón de sastre, que recoge la triste
realidad de la vida y también la forma festiva de entenderla en esta
Andalucía profunda.
No
es un libro de Vírgenes y Santos, a pesar de que se habla y mucho de
las deidades del Andévalo, con profusión de detalles que a todos
nos enseñan cómo es nuestro riquísimo folklore, que ha conseguido
parar el tiempo. En este cajón de sastre el cronómetro de nuestra
vida se mueve, como hace miles de años, en ciclos de estaciones,
romerías, solsticios y equinoccios, dias y noches, gritos y
silencios.
Todo
cabe en este cajón de sastre, que no está hecho para olvidar nada,
todo lo contrario, está escrito para que nuestra memoria colectiva
se desparrame en cada página de este libro, para que al abrir cada
hoja transpiren los sentimientos que tan magistralmente ha sabido
hilvanar Ramón Llanes en este perfecto Cajón de Sastre.
Muchas
gracias Ramón por este regalo de libro.
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