QUÉ SABE NADIE
No es el mundo pequeño lo que era
ni las cosas tienen el tamaño real de anteayer
ni es miércoles para un gustazo antiguo.
porque se nota en las enaguas el olor a melancolía y trance,
el estado de derecho es una emoción a perseguir
en forma de imposible,
la razón no es importante.
No saben qué comemos
ni conocen las letrinas de nuestras soledades.
Desconocen la necesidad del esfuerzo,
no tiemblan, no mueren indecisos, no cambian.
Y el tiempo arrinconando los pesares
para que nunca sean olvido;
un témpano de catarsis
se anuncia en los gestos de la tristeza
y nadie acude y nadie atiende
y no se otea el final de esta tragedia.
Ramón Llanes
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