ES CUESTIÓN DE TIEMPO
Discutían o hablaban con las
voces altas como signos de disconformidad, no hacía calor ni llovía ni la
prensa había sacado algo nuevo, y se inventaron que la envidia mueve al mundo,
que los soñadores son majaras, que no es el comunismo el destructor de las
sociedades sino el propio capitalismo feroz que impone moldes para seguir
consumiendo sin límites y permite los embargos, los desahucios, el aumento de
los tipos de interés, las subidas desordenadas del precio de gas, luz, agua y
otros útiles imprescindibles para vivir; y subían de tono con los desacuerdos
de unos y las aquiescencias de otros, no llovía ni era fiesta en el barrio ni
siquiera los niños habían faltado al colegio, casi no quedaba para hablar más
allá de la misa de difuntos del jueves, de la lotería del jueves, del club de
lecturas del jueves y de los zapatos haciendo mellas de molestia en el dedo
meñique de un pie cualquiera. Ellos seguían discutiendo de la trivialidad de la
nada como si la vida fuera cuestión de tiempo.
Ramón
Llanes.
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