QUÉDATE
Quédate,
mi puerta abre siempre hacia adentro,
la cerradura es una flor,
la llave no es de oro.
Quédate,
el ruego lo encontrarás en la mesa,
el pan está adornado de hormigas,
la casa huele a azufre de noche.
Quédate
hasta que rían los cristales,
hasta que suenen los primeros golpes del barreno
y se sienta la gloria.
Quédate
yo llegaré con el alma.
Rll.
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