Se me ha puesto a madrugarme el alma por aquello de la prisa y están sin estrenarse las sonrisas ni hacerse del todo el agua, es cúmulo el trajín que no se acaba, que me aprieta y se desliza por el confín cansado que precisa un sentimiento de calma, que estos versos a nacer me gritan y a emocionar me llaman.
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