SUAVIZANTE

SUAVIZANTE

La noche tuvo esa suave estrategia natural para aliviar los cansancios, la noche siempre está para estos suburbios, se presenta, viene avisada de cómo está el cotarro con las extravagancias del día, se pone oscura y hace su trabajo de calma para culminar con otra luz hecha por ella durante la madrugada. Las horas de descanso son activas pero imprevistas porque nunca existe conciencia clara del sueño que vendrá y puede acabar en lotería o pesadilla, pero también la noche posee un suavizante invisible que inventa la conformidad para saber volver a vivir. Y cuando la oscuridad se complementa con la luz al universo le da por cubrirse de sensibilidades y proclama desde su barrio alto la ficción de la vuelta a los ojos, a la permitida abundancia de los espejos, al templo de los poemas que han nacido en la metáfora de la dormida. Y a poco que un cada cual cualquiera le ponga tripas de plástico al amanecer, este será como la simbología del gozo, como un placer nostálgico que lo cotidiano permite que abracemos hasta la próxima calentura.

Ramón Llanes 4.8.2024