La razón que me hace recurrir a esta palabra quizá
tenga inspiración en la etapa que vivimos por nuestra tierra de exceso de
lluvia hasta el punto de entender que nos encontramos ciertamente “enguachinados”
que es el significado conceptual del vocablo; dícese de lugar encharcado, lleno
de agua, enaguazado o aguachinado. El invierno que nos ha tocado vivir en este
2025 ha venido cargado de este bien tan preciado que es el agua pero a algunos
sitios ha venido con prominencia y en demasía, ha anegado huertas, arrasado cosechas
y ha motivado desastres; el agua se ha dejado caer con rebeldía, tal vez por
aquello del cambio climático o tal vez porque es la manera que tiene la
naturaleza de expresar descontento, rebeldía o reivindicación, ¡quién sabe!. Ahí
queda.
Ramón
Llanes. 17. Marzo 2025.
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