RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

lunes, 17 de marzo de 2025

ABUELOS

 ABUELOS.

Hace poco, en un arcén de una carretera cualquiera, aparecía un viejo con cara de alegría esperando a una familia que nunca llegó. En un asilo de cercanía, honroso y noble hasta más no poder, dejaba su último suspiro el más anciano de la comunidad, cumplidos los ciento cuatro y leyendo sin gafas y utilizando la memoria como su mejor recurso, pero se tuvo que ir por imperio de la ley natural. Ayer supe que Rita se estremecía en las soledades de su casa y quiso desaparecer de soslayo, como había sido su designio. Dicen que se le fue la cabeza, enfermedad muy en uso, a Lola la grande, señora de poco más de setenta que llevaba para adelante 8 hijos suyos, los nietos de rigor y los parásitos de siempre que buscaban el puchero y el cariño y que siempre tenían con Lola la grande. Y resulta que también está en las últimas.
Y luego dicen que solo se van los buenos y que los malos se meriendan aquí todos los calendarios.
Y me llega que a los ochenta se le ocurrió a Lozano comprar unos libros en setiembre para matricularse en Historia y lo ha hecho con las agallas de un chaval y ahí está peleándose con los apuntes e intentando sacar pecho y memoria suficientes como para alcanzar su meta.
Y me temo que miles de historias de este tipo son comentarios de día en día por estas laderas de nuestra sociedad, en donde la culpa de lo peor la tiene Dios y de lo mejor, nosotros. Y otros piensan que Dios no se mete en estas cosas.
Ramón Llanes

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