A MI MADRE.
(Que hoy hubiera cumplido otro año de vida y lo cumple de eternidad)
En el reino de mis desolaciones
me permito creer que estás plenamente en mí,
que la vida pasada contigo
al fragor exquisito de tus caricias
no es parte de mi recuerdo
sino de mi existencia.
Que me haces tanta falta como mis ojos,
que no renuncio, no renuncio,
no pierdo el bocado que me toca y llama,
el campanario que me avisa,
el miedo que nunca tuve por estar contigo,
que el espacio reservado en la estratosfera
lo has llenado de guirnaldas,
que son muchos los lamentos que se me escapan,
que estoy en tu equinoccio cubriéndote la memoria,
que estás en mis inquietudes
cuidándome la piel del alma, madre.
Rllanes.
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