UN PRESENTE ATADO Escribí la memoria en destellos, consiguiendo injerencias del olvido que no le pudieron, el trauma del parto, la fotografía de un resultado real
vivido y no en balde amado. A menos que le hiciera caso el olvido todo sería un abismo infinito o pozo donde restregar a la hora de la
tarde una mirada por el ojillo abierto del
cosmos del amor, a menos que se hiciera el tiempo a mis
espaldas soplando borrones, la identidad de la memoria ha se alcanzar los pleamares de un pasado nunca ido del todo y de un presente atado a lo cosido que ahora descubre y enseña desde el palco de su propia
vida. Allá no están paredes encaladas, son
sueños; la mirada es sueño, el hastío, sueño, la monotonía, sueño; y sueño la apariencia de vivir para vencer a la huida desde la terminación del verso. Rllanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario