POEMA EFÍMERO
Ha sonado un clarín de olvido
y lo llevas a fuego en latín y orgullo,
soy mercader y tú me vendes,
escrupuloso me detestas, educado me rehuyes,
me amas golfo y me sobas la caridad
en nanas de gritos que te aquietan, dices.
Vuelvo a reposar la nuca, me dueles tú, en el fondo;
me desvirtúas y de la soledad me aflijo.
Tirito de miedo mientras atosigas
el péndulo romántico de mi cuerpo,
y por tí pierdo la clase de amor de las nueve;
si antes me canso, antes muero
y te libero de pronunciar mi nombre.
Ramón Llanes
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