PRESENTACIÓN
DEL POEMARIO FRAGMENTOS
DE
CRISTÓBAL PONCE DE LEÓN.
La
polémica del mundo con sus engañifas, sus falsos aleteos, sus incultos aliados
y sus credos nos requiere movamos el timón hacia otros rumbos y este de hoy es
uno de esos rumbos solicitados, esta complicidad de nosotros mismos con la paz
que un poema es capaz de traernos al alma en tan solo un verso de diez palabras
y cuatro sentimientos. Ahora es nuestro momento, este es el sitio que estábamos
buscando, esta es la sala, Cristóbal es el medio adecuado, la megafonía es la
estructura que necesita la voz, la luz tiene el candor justo para no desentonar
con la lírica, el atril, la mesa, las sillas, el tiempo…y nosotros, nosotros,
actores prófugos de la calle que venimos con el convencimiento de encontrar la
paz, la libertad, el sonido, el conocimiento, la emoción, somos los idealizados
en las esquinas de las esperanzas de esta ciudad querida que impulsa y alienta
este tipo de abrazos, esta forma de vida.
Cuando
en un rato nos parezca que se acabó el instante dedicado a FRAGMENTOS, este
poemario sin filigranas que presentamos, cuando volvamos al ruido de afuera,
cuando miremos los acerados y las caras de quienes no vinieron, nos daremos
cuenta exacta de ser desde hoy menos esclavos y tendremos rabia por los demás,
que se perdieron este agasajo con versos, pautas, metáforas y encantos; pobres
de ellos que no acertaron a escoger la tarde correcta en el sitio más certero,
pobres de quienes no saben.
Y
Cristóbal dirá que: es su propio miedo, el que hace temible al erizo…
recibirá su golpe de oquedad, su transparencia, su armonía versificada en su
plasma de timidez, producto quizá de una juventud dedicada al cuaderno, quizá
por defenderse de la insensatez de lo inculto.
Yo tuve pocas ocasiones de escuchar los poemas de Cristóbal y ahora me he desquitado con creces, he vuelto al compás que no encontré en las últimas etapas de lecturas, a la comodidad de saberme cercano a esta sentimentalidad no apurada del todo.
Dice
otra vez: Sé que no existo, que mi presencia en tu vida es tan solo un
accidente geográfico, un detalle poco significativo…lo dice y sigue andando
para intentar llegar a Teruel, otro lugar insignificante que le llama para
otorgarle su premio de poesía de este año. Y a mí me resulta merecido y a todos
quienes leyeron sus Fragmentos les resulta intimista, bien fabricado, perfecto
para una noche de estío o un invierno de candela.
Pudieran
ser las cosas de otra manera pero son así, estamos en la dimensión concreta de
los afiliados a esta orgía de palabras que Cristóbal juntó para hacerlas
nuestras y del mundo, que las llamó a este poemario para que le representaran
ante el universo de las guerras, de las soledades, del armario desordenado, de
la vileza y de los muertos a causa de la vida. Y acabaremos pensando nosotros
que desearemos nos representen también en los órganos importantes de la
dignidad porque estamos perdiendo la capacidad de la sorpresa y son estos
renglones los invocados para que después de ahora sean los cultivos y los besos
y las caricias de un modo distinto al actual, tan plomizo, tan arisco, tan
pelma.
Y
antes, para que le entendamos del todo, se sacará de la página 50 una flor
infinita que más bien parece un jardín para indicarnos como despedida: Ya
debieras saber lo que ocurre cuando agarras una rosa por el tallo; pues eso, exactamente
eso, que sangran las espinas.
Así
es Cristóbal Ponce de León y así escribió sus FRAGMENTOS, como una luz para el
mundo.
Ramón Llanes. Biblioteca de Huelva
15.11.2023.
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