APARECIÓ EL OTOÑO
El
otoño había aparecido en plenitud.
Vendrán
las aves a los charcos,
a
beberse los reflejos,
a
trincharse de risas,
a
olisquear el agua y a zambullirse con sentido.
Los
cauces altos,
los
ríos corriendo,
la
sed apagada, las tierras empapadas;
un
silencio de perlitas en los majuelos,
una
lombriz en la tana,
la
vida en su sitio.
Y
luego la prosa
a
ponerle metáforas a las trochas
y
a los terrones
en
un ritual de emociones
que
se someten
a
ser tiernamente capturadas
en
este leve ágora del tiempo
que
es un solsticio
agnóstico
al paraíso perdido.
Hoy
venderemos
con
la palabra toda la fragancia
que
dejara en el alma de la tierra,
la
deseada lluvia.
Ramón Llanes
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