LA
PAZ EN EL CASTAÑO
Huele
a Paz en el castaño,
en
el humo y la candela,
en
la querencia del campo,
huele
al rito de la huerta
que
se abraza si se cuela
el
frío con sus espasmos,
huele
al hielo que se hiela
en
el almirez colgado,
en
el anafe guardado
y
en el quicio de la puerta.
Huele
la Sierra a callado,
a
silencio y a paciencia,
a
niños recién peinados,
a
los olores que encierran
los
campos recién cortados
y
las castañas abiertas,
huele
a esa paz que sueña
la
tierra que lo ha soñado
y
a Paz que por este lado
parece
la Paz más hecha
sin
demora ni cansancio,
huele
a verdad en la tierra
que
ahora estamos pisando
porque
es la Paz la dueña
de
los sueños del castaño.
Ramón
Llanes
Santa
Ana La Real 11.11.2016.
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