Descalzos por el parque
Por mucho apego que le tengamos a la democracia y mucha adicción
a sus extrañas fórmulas aún no entendemos de ella la mitad de sus
moldes, quizá por no haber alcanzado una suficiente madurez o quizá
porque los procesos son difíciles de entender para mentes tan sencillas
como las nuestras. No comprender el vacío resulta imposible; saber
cuándo una botella está llena o cuándo el charco está seco o cuándo el
bolsillo está tiritando se supone que son premisas livianas para llegar a
conclusiones nunca complicadas para comenzar a poner los remedios
necesarios y llenar la botella, comprender que el charco se quedó seco
y ponerle alguna moneda al bolsillo para alegrar su hueco. En democracia no es así y poco importan las consecuencias del charco seco, el bolsillo triste y la botella vacía, poco importa que esta autonomía nuestra
lleve casi tres meses vacía de poder y de legisladores, poco importa que
la máquina esté parada en una vía sin señales de vida próxima.
Ello evidencia un descuido en las consignaciones, en los repartos de
las riquezas, una falta de respeto a los ciudadanos a través de la poca
atención que se presta a asuntos tan imprescindibles como sanidad, edu-
cación, servicios sociales, etc. Estamos parados, gastando energías y no
evolucionando al ritmo adecuado y nosotros somos los silenciosos
sufridores de tanta errónea manera de gobernar. Ni imaginar siquiera
que los elegidos en marzo puedan estar percibiendo sus haberes, ni
imaginarlo, sería para tenerlo en cuenta y solicitar su devolución por el
método del cobro indebido.
Olvidados de la cordura de todos los elegidos y sentados en la cima
menos calurosa de nuestra atalaya andaluza esperamos el estío para que
el olvido se encargue de cambiar nuestro vacío y seguiremos caminando por el parque de sueño en sueño, aligerando la vista, con las alpargatas rotas y la suerte en el milagro para que a nadie se le ocurra volver
a convocar nuevas elecciones para llegar de nuevo a la nada y nunca
entender cómo llenar la botella, humedecer el charco o alegrar el bolsil-
lo. Será que no se advierte?.
Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE).
9 Junio 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario