COSAS DE LA CALLE VERDIGÓN
La calle Verdigón -que aquí se
escribe con B- siempre me espera con un amable sobresalto, encuentro las
huellas de ayer, las caras de los habituales transeúntes, el hombre que refiere
en su cartel que vive a la intemperie y que necesita ayuda, el gitano que viste
de blanco perenne, la mujer de la compra y la armonía conseguida entre
comercios, luces naturales, flores y pequeña arboleda. Hoy también me esperaban
ellas, con quienes casi a diario me entretienen las sensibilidades un rato; Rocío
me abre su sonrisa, me indica qué le doy, le advierto solo venía a recibir
tu sonrisa y además me ofrece un abrazo y nos ponemos en la tienda a
compartir la ternura; cargadas ya las emociones y con la compra hecha les aseguro
que escribiré de estos asuntos y entonces me entero que Sandra, en verdad, se
llama María José; y aquí estoy dedicándoles estas cosas sencillas de la calle
Verdigón con V con B.
Ramón
Llanes. 13.3.2023.
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