Vuelvo
a reposar la nuca, me dueles tú, en el fondo; me
desvirtúas y de la soledad me aflijo. Tirito
de miedo mientras atosigas el
péndulo romántico de mi cuerpo, y
por tí pierdo la clase de amor de las nueve; si
antes me canso, antes muero y
te libero de pronunciar mi nombre.
Ramón Llanes
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