DESDE
EL CALVARIO Viejo
lagar, vieja cepa, viejo camino, eterna
vuelta y eterna partida ansiosos
los surcos de la gleba en
la poética de la constancia de
los tantos minutos ysiglos dando quehacer y
quitando pruebas de sesteo y calma. Viejo
Calvario, pendiente de la vida de
Rociana, de los muchos ratos de vendimia, del
trasiego de pertenecer a
una tierra saturada de condiciones y
efervescencias del saber entenderla, los
sentimientos en cada luz del día y
en cada mirada el anuncio de paz que
los hombres ponen al
oficio de convivir. Vieja
armonía en continuo reparto entre
devoción y fiesta, luego
del crepitar de los afectos que
prenden en la plaza y
extienden brazos de acogida por
todos los huecos. Vieja
amistad de amigos de siempre como
nobles en la postura, nobles en la ternura, admirados
ratos de estancia, ratos
de vino y bodega con olores de risas y
entresijos de verdades. Se
me ha pasado la existencia entre
todos estos delirios que
ahora enriquecen amablemente
mi memoria. Ramón
Llanes.
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