NOS QUEDARÁ LA NORIA
Dijo el abuelo: - no
romped la noria- y sonrieron con ironía pensando en la insulsa reprobación
de un hombre viejo con cierta demencia senil que se oponía a la implantación de
tuberías de vidrio de acero para sustituir a la vieja noria y a todas sus lievas;
no entendió que había llegado el progreso al campo y que con este método se
sacaría más agua en menos tiempo y se mejorarían los cultivos; con lágrimas
siguió aconsejando: no romped la noria. Y rompieron la noria y el corazón del abuelo.
Ramón
Llanes.
(Mi aportación al libro EL AGUA ES LIBRE editado por Jardín de Judih y presentado el 25.3.23 en la Feria del Libro de Aracena)
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