LA PAZ CERCA DEL AGUA
Yo no soy quién para exigir la Paz,
no me han hecho responsable de los números,
pertenezco a las trincheras que se mueren de hambre,
y a los alimentos podridos del mercado.
Mi voz no se oye en las antenas
ni suena en las campanas de la media noche,
mis padres murieron con énfasis en la conciencia
habiendo sido delicadamente humanos,
ya no me queda otro remedio
que volver a la mar, como hoy,
y restregarle a la espuma mis dolencias,
regresar luego a casa con las manos mojadas
de compromiso y seguir soñando
con un mundo mejor
pero no soy quién para exigir la Paz.
Ramón Llanes
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