QUÉ SERÁ PROGRESAR
Progresar debe ser una
entelequia, una incógnita indescifrable o la asignatura pendiente del mundo;
nadie tiene las ideas claras sobre el asunto porque no para todos progresar es
la misma cosa; unos entienden el progreso como la colocación de farolas y
jardines, los del partido contrario lo entienden como apagar las luces, otro
grupo lo entiende como vestir bien y comer poco, los del partido gremial solo
piensan en progreso para defender sus propios intereses, los futboleros creen
que progreso es un gol de su equipo; y luego están los otros, los que no
aceptan el progreso ni se apuran ni se asustan ni se callan, esos que dan la
lata por darla, simplemente por molestar a los demás, van en contra de todas
las corrientes e incluso por pura soberbia van en contra de sí mismos (es un
extraño juego pero ellos no alcanzan más y solo les importa que suene y se
comente); otros se posicionan en discutir del todo de todo, de la claridad de
las ideas, del color del florero, del precio de las calabazas, de lo que otros
digan para tener motivo de contradicción. Si el aire no aguantara las palabras
malsonantes ni las mentiras y las devolviera convertidas en piedras se hubiera
acabado el circo pero el aire y el papel son meros esclavos de la estulticia de
los otros y aguantan lo que se les eche, por desgracia.
Por si no lo entendió permítame
comentarle que al digno arte de progresar le impide su fácil desarrollo la
funesta manera de politiquear.
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