AL ATARDECER. No hace tanto
frío para que te eches cuatro mantas, no te acostumbres
a dormir sola, no pases por
aquel lugar de los encuentros sin pensarme, no inviertas en
olvido los recuerdos, no hagas como que
siempre es de noche, no me pierdas de
vista, me fastidia, no me tengas a
tantos metros de ti, me enfada, no me acaricies
solo en tus sueños, no pienses que ha
pasado la tormenta, no reines en otro
lado ya reinas en mi corazón, no hace falta que
me mires una vez, mírame siempre, no comprendo, no
necesito, no soy, no te olvido, no tienen prisa
los atardeceres, yo tampoco, no te he visto
triste los últimos meses, no me has creído
capaz de saber pisar la tierra, no has intentado
hacerme feliz un siglo, no te inventes
razones para despedirme, no tiene que ser
como tú piensas, no fui, por ti, a
donde te encontrabas, no me escondo de
ti pero sufro si te veo, no es una
realidad esta separación es un mito, no se debe llorar
en carnavales, no llores ya me
encargo de ello, no me pidas una
estrella que te la alcanzo, no me digas que
se te acabó todo el amor, no me envíes
mensajes de silencios, no te calles lo
que querías decirme, no llames a mi
timbre, te sorprenderá saber que te esperaba, no necesito que
me busques un trabajo, búscame un beso, no sabes que trabajo
para ti, no te vayas, aún
tengo que decirte que te quiero, no eran para mí
las flores.
R. Llanes.
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