Nueve.-
de
crepúsculos,
de
añoranzas compartidas,
conspiran
contra el eco
creyendo
que son voces
que
repiten
nuestras
rebeldías,
también
combaten
los libros,
ni
cerrados
ni
siquiera envueltos
se
atreven
a
tocarlos, les hieden los ojos
de
mirar rabias,
escupen
al paso de las palabras
por sus
rutas
ordenadas
de discordias.
¡Ay,
amor,
nos
pudren el alma!.
Ramón Llanes. (De ASOMOS DEL MIEDO)
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