De insana verdad se me fue abril aguado y terco, se quiso hacer hombre, se levantó tarde, no pudo reinventarse en luminosidad y alegrías y su mejor opción es dejarnos de mayo las puertas abiertas. Dejadme los quicios sin pintar y las flores ya hechas, hacedme un hueco de sofoco en el lírico verdor del tiempo, dejadme todo mayo para musicarme la piel con canciones.
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