ALGUIEN ME ANUNCIA
(A Ramón
Llanes Domínguez, un poeta sin rayas)
Que la multiplicidad
es una especie de travesía.
Que la
primavera no entiende de espacios.
Que la
noche proyecta su misterio sobre la flor oculta.
Que la
embriaguez no solamente es de alcohol.
Que la amistad
reverbera incluso en medio de la tiniebla.
Que no es
necesario ser serio para hacer algo seriamente.
Que el
anhelo no es mera utopía.
Que los
laberintos pueden ser esclarecedores.
Que el amor
nos regala, nos roba, nos seduce, nos embauca…
Que la
serpiente podría ir con nosotros sin mordernos; o sí.
Que el
malestar lleva dentro una luz insólita.
Que la
soledad puede ser una compañera ambivalente.
Que
nuestros antepasados nos siguen queriendo desde el silencio.
Que el Ángel
de la Guarda a veces nos las tiene guardada.
Que volar
con la imaginación implica saber aterrizar.
Que si
quieres expresar algo, que sea envolvente.
Que soñar incluye
sus contingencias.
Que una
canción tiene más dueños que su compositor.
Que no todo
es sentido común, cuadrícula, previsibilidad…
Que
perderse en mitad de un camino podría traer ganancias.
Que cuando no
entendemos, merece la pena seguir insistiendo.
Que el
gallo no busca fastidiarnos cantando a las 5 de la madrugada.
Que en
ocasiones es mejor callar sin maldecir.
Que los
pájaros se quedarán o se marcharán y no podremos evitarlo.
Que los ascensores
desearían hablar, pero no les resulta posible.
Que las horas
festeras de querencias y compás tienen su enjundia.
Que los
arcanos nos desafían constantemente.
Que los
versos nacen, se reproducen y permanecen.
Que las
quimeras podrán ensimismarnos; al menos de momento.
Que una guitarra
se deja tocar solo cuando ella quiere.
Que
escribir es tan necesario como las amapolas en un trigal.
Que un buen
manjar tiene efectos psicoterapéuticos.
Que
nosotros seguimos queriéndolos porque esquivaron la ausencia.
Que la
palabra es una fiel aliada, pues habla de nosotros.
Que los ríos,
las montañas, los mares… nos abrazan por algún motivo.
Que a quien
no escribe le queda el gran alivio de leer poesía.
Que reír,
cantar, llorar… forma parte del secreto.
Que la
felicidad es un cuento maravilloso unos instantes.
Que estar rotundamente
seguros nos sumerge en la espesura.
Que un propicio
encuentro viaja instantáneo por los vasos sanguíneos.
Y YO AGUZO
EL OÍDO.
Alonso
Rodríguez
Sanlúcar la
Mayor
Mayo de
2024
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