CUANDO
Cuando llegué ya estaban los árboles y la mina. Ellos crecieron
conmigo, crecieron los árboles, creció de sobras, la mina.
Nos hicimos socios en el respeto. Acabé siendo razón y piedra,
pero formábamos una sociedad perfecta para los debates
y sobrevivimos, a pesar del cansancio. Ellos ya estaban
cuando llegué y supongo que no iremos juntos al desierto,
me mandarán de explorador y seguiré siéndoles fiel y alegre
como hasta aquí. Ellos, lo sé, no cerrarán con llave la esperanza.
Ramón Llanes
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