FELICES, LOS RICOS
En las esferas de lo absurdo, pobres de espíritu y ricos en tenencias, razas viejas no contrapuestas, tampoco rivales, incluso muchas veces compatibles pero ambas rozando lo irrazonable. Nadie tendrá que levantar la cabeza, ya lo vemos, predomina lo absurdo. Comprar ha dejado de ser una necesidad para convertirse en un compromiso. Los ricos son felices, dicen los pobres. Los pobres tienen menos preocupaciones y viven mejor, dicen los ricos.
Las dos razas se parten la cara para sobrevivir. Los términos medios o no existen o están en el paro , porque la clase de los medios, azotada por todos los costados, solo transita para mejorar, con una dosis de esfuerzo indeleble.
Felices los ricos, felices serán los pobres, felices los medios y felices todo vecino que se lo proponga y tenga voluntad de hierro, capacidad, inteligencia y varios etcéteras. Se trata de un reino en el que pueden entrar todos, sin obligación de carnets, ideologías o religiones. La manía es encasillar, para definir, para seleccionar, para almacenar y para calificar, que lo demás importa menos que un bledo.
Los pobres ricos se quedarán en una red de consumo siendo felices por obligación y los pobres pobres se acostumbrarán a ser estereotipos de buscadores de la felicidad. Los medios escucharán las quejas de unos y otros. A las tres razas les resultará imposible ser felices.
Ramón Llanes.
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