Son días de hambre, nos pasan por los ojos como castigos anunciando un mañana peor, en peligro de extinción la costumbre de comer sueños letras, risas, derechos, en peligro la vida, la decencia, la locura. Acaba el día y sigue la dolencia en las últimas caries de la utopía perdida, se acercan los buitres a comernos más, vienen hoy los santos para advertirnos de la muerte, no significamos un bledo en la escala del afecto de quienes ordenan repartir las justicias de cada tarde. Solo tu armonía, amor, me cuida la estima.
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