SEMANARIO.
Con los ecos ensordecedores de los asuntos
políticos, centrados en los intentos segregacionistas de Cataluña, la pequeña
lluvia de ayer, las noticias de tragedia que nos llegan del
exterior, el recuerdo nefasto de los
huracanes y otras licencias del menester diario, cerramos la semana con el sol a pulmón y viernes de ilusiones; nos espera el descanso para crecer en voluntades.
Se han oído coloquios, la familia entra
en el juego de arroparnos, el afecto sigue su curso de ser imprescindible y los
amos de esta vida entre dichosa y genial, nos dan tregua. También es tiempo de
leer, el placer de consumir
historias que nunca pasará de la moda de enriquecernos. Un semanario tras otro,
una consigna, un verso, lo que queda de verte, el
tiempo que aún nos falta para pretender ser fel ices
y algo de tristeza que desbancamos en el
primer desahogo. Lo normal.
R.llanes. otoño 2013
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