CÓMO
SALIR DEL TIEMPO
Desconozco
si se puede salir del tiempo con la verdad puesta en la frente y con
la estrategia guardada en la entretela o acaso salir del tiempo
requiera velocidad, aceleración y frenada, o incluso formar camada
junto a los voluntarios para desafectarse en comunidad y que parezca
una huída colectiva anticipada de toda una generación o de un
determinado sector social en un estado más agónico.
El
poder de la utopía crea una magia impersonal entre los adictos a los
sueños; para elegir tiempo bastará el perfecto empleo de la utopía
con esa porción de magia, con la libertad y con el pacto
comprometido con los compañeros de viaje. La segunda parte
consistirá en diseñar el mecanismo con el cual realizar el
traslado, luego la elección exacta del tiempo a donde se pretenda
constituir el asentamiento y luego el acarreo de los medios a llevar
y la voluntad de la emprendida. Poco más que el hatillo de
esperanza, la pócima de sinrazón, el imprescindible deber de la
locura y una caja de lo que sea para guardar todo aquello que sea
guardable.
No
habrá prisa, nadie empujará a lado contrario, la excelencia será
el consenso, la facilidad será la premisa y los fines se irán
moldeando durante la ruta.
Después
de larga travesía recorrida nadie habrá preguntado el por qué de
la salida ni las consecuencias del viaje; nadie volverá la mirada,
nadie andará con miedo, nadie deseará volver. El horizonte se
modificará en cada colina, las nubes perseguirán los pasos, la
tierra será un libro inconsciente con letras de piedras y los
árboles serán la sombra lírica del cansancio. Se podrá salir del
tiempo sin necesidad de renegarle. El tiempo solo es un aliado de la
vida que juega a sorprender, se entrega al cuidado y gusta de mimos.
En
cualquier requiebro de la solana está la parte de tiempo buscado,
ese “adónde” de mucha inseguridad que haya consentido tanto
respeto y tanta lealtad; toda esa efemérides del deseo se encuentra
al siguiente repecho de la tarde, quizá más cercano del esfuerzo
que de la lejanía, quizá a una mirada, a un pié, a unos cortos
avances de los brazos, a un sentimiento.
Y
salir del tiempo no traerá estrategia precisa y bastará una verdad
bien dorada y la sensación de locura entre los ojos, como si todo
fuera salir de la rutina con la sencilla idea de concederle un
préstamo a la fantasía.
Ramón
Llanes 20.11.2013.
Publicado en digitalextremadura.com 25.11.13.
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