TIEMPO Y SILENCIO
Son el
ocaso y el alba culpables de
nuestros métodos para describir, hacer, tocar, los sitios donde se mueven
tiempo y silencio, que a pesar de figurar como título de una bel la canción de Pedro Guerra, es también una canción
de vida, un movimiento, una reseña para lo idealizado. El tiempo que has
consumido en el horizonte, en el sueño, en la paz, en el
amor, en el problema; el tiempo muerto, el
tiempo que se marchó sin atención, el
descuido, la apatía; el tiempo corto
que tuviste en momentos de fogosidad; los prolegómenos del
tiempo, la noticia del tiempo que
arde y empaña o que fumiga y altera. Tiempo de solemnidades, de locuras. El
tiempo que te falta por consumir, que parece estrecho, raro, indefinido; las
cosas que has dejado para hacer, las quimeras que nunca alcanzarás, los trenes
que perderás, la vida sin temple.
Luego, el
silencio, tripa de calma; el
silencio consumido en el
conocimiento, en la reflexión, en el
sueño, en amar. Silencio cuando los hechos inesperados te llegan de golpe; el silencio que queda por consumir, sin programación, sin meta. Un silencio para
que los besos suenen y se oigan y se consuma despacio, en la idiotez de que si
corre se rompe. Un silencio ahora.
Tiempo y silencio, serán sinónimos?; con el los un ocaso trepa a las utopías, un alba se
detiene; nosotros, humanos y todo, caminamos.
Ramón Llanes.
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