g).
Fijaron
las narices de astros
en
lo hecho, cuando una línea constante
se
comía los puntos suspensivos del tiempo,
se
rompió la escritura
para la libertad,
engendraron
los astros cuerpos celestes,
manos
desgarbadas y gramolas,
y
cayeron los iniciados en el revés de la página,
nadie
les oyó gemir,
éramos desecho
desde
aquel mismo instante,
desde
que tú murieras el consuelo.
Qué
aumento para creer
en
el nuevo trazado y andarlo
sin
mirar que giras?.
Ramón Llanes.
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