LA DUDA
No estaba dudando.
Me dudabas, he notado que dudabas de mi; que te perdías en los pensamientos de
mi inexistencia, que me llorabas por haber desaparecido o tal vez por no llegar a mirarte
una sola vez. Y tú sabes dónde mis ojos se hacen reflejo de los tuyos, dónde mis manos
han acariciado tanto, dónde mi piel se ha mojado contigo. Y ahora me dudas.
Sólo dudo de mí. Olvidé anoche los renglones amarillos de mi historia. Olvidé
aquellos impulsos de nostalgia, he caído en un presente vacío de pasado que ha guardado
insultos y reproches, para conspirar a favor de lo desconocido. He borrado las estrellas
porque dudo de mí, dudo que tengan perseverancia para brillarme; he tapado el mar
que ya no percibo, he atrincherado al tiempo en una minúscula frase de despedida y me
he vuelto a casa a tranquilizar la memoria. Y también he olvidado la memoria, la razón
del recuerdo y la inercia de pensar. Me cabe dudar en un párpado la lágrima que se ha
vuelto para no caer en espacio aprendido.
¿Y los años, la voz, la soberbia, el amor, la lucha?.
En la duda.
Ramón Llanes.
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