MIRANDO
AL SUR CON IRA
He
leído, por último, los sueños próximos de Cataluña puestos en
una cadena. Proyectado, dicen, sobre la libertad, están en vigor de
actualidad los sueños de esta comunidad, tan nuestra. No me entra en
la voluntad que la filosofía que predomina el sentimiento
catalanista propugne un despegue del mundo al que pertenece y se
adueñe del patrimonio de todos y se arranque del suelo y vuele a
ningún limbo y se lleve lo de todos a sus cofres, a sus arcas; no
me entra este voluminoso credo en esta capacidad natural que domina
mis muebles de arriba.
Y
menos, mucho menos, que la generosa Catalonia, tan acogedora de los
inmigrantes andaluces y extremeños, tan dada a recibir manos e
inquietudes, evolucione en esta onda tan parecida al odio. Ella, que
ha sido puerto cálido para tantas singladuras, abierta en demasías,
colosal en arte, estampa en paisajes, utopía cumplida para muchos.
Un gremio en orden que se agolpa en su noreste pudiente, hecho de la
pasta de tantas pastas de aquí que se alía ahora a los mandatos
políticos para mirar al Sur con ira. A sabiendas de que su
importancia, su energía, su progreso, pertenecen también a las
manos del Sur.
Acaso
–dice un buen escritor de este mundo nuestro- esta noble Catalonia
se duela de haber perdido sus mentales batallas con Madrid y
considere la huída como la única victoria posible, acaso sea eso.
Porque del Sur ni un reproche habrá anotado en su libro de firmas.
El Sur es, en hombres, la continuación de su paisaje. Y me hiere
creer que se prevenga sustentar esta rabieta de perderse, poniendo a
Andalucía en este brete de discordia, sin apenas preguntarle, sin
una explicación ética.
RAMÓN
LLANES. 19.9.2013.
(Publicado en Huelvabuenasnoticias)
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