ALGO PARECIDO A LA ALEGRÍA
Aquellos muchos versos fueron, son, serán, parte del cuaderno donde un vagabundo guarda sus alegrías y a donde cualquier engreído de turno no osa escudriñar. En este silencio de capacidades, ya a las horas del sentido común que el atardecer le imprime a las cosas, no importa recordar los secretos que me dejara el destino, no perduran, desaparecieron, fueron acaso bolas de añil que azulaban en papel contínuo las páginas blancas; no cumplían, -lo siento- la consigna de admiración de mi íntimo vecindario de recuerdos.
Ramón Llanes.
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