A NIEBLA, CIUDAD DORMIDA
Lame el sol los tremendos cornalones
con que el toro del tiempo tu muralla,
terco, quiere abatir. La brisa calla
y acaricia tus viejos desgarrones.
Encantada ciudad, Niebla. Ilusiones
de hacer hoy el ayer. Loca batalla
es quererle poner al tiempo valla
y vararlo en un mar de evocaciones.
Navío anclado junto al rojo río
que naves salomónicas meciera;
arca de historia, fama y poderío;
ciudad de los mil sueños: ¡Quién
pudiera
devolverte tu vieja voz, tu brío,
la gloria de tu antigua primavera!
Jesús
Arcensio. Publicado en la Antología HUELVA ES VERSO.
Galaroza
1911, Sevilla 1992
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