LA LLUVIA NOS ENGAÑA
Esperándonos, crecido
el día, asusta el anuncio que viene por el mar la grande llovizna
para acallar los tornasoles intrusos que se pasan el invierno
jugueteando en las ramas, se pierde al tiempo el goteo en la blonda y
desaparece del charco la sostenida misión del agua. Queda en el
ansia del cordero, suficiente es la luz que vence a las nubes, el
predictor de lluvia engaña de nuevo al campo para llorar con
tristeza de mujer su lágrima en la tonalidad ocre del surco.
Ni húmedo el aire ni
apacible la modestia del rayo, se ha ido del universo nuestro la
grata lluvia que esperábamos casi al empezar su benevolencia en este
escenario que es el sur crujiente que con ansiedad quiso abrazarla.
Qué comerán mañana las ovejas en el prado?. Oscurecerá sin
remedio.
Ramón Llanes. Huelva 13
enero 2018
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