En
treinta versos, la vida.
Me recito mi
vida sabiendo que he nacido.
Con esta luz
de sur los ojos me han colmado
de horizontes
de tierra. Me han amado
hasta un
infinito sutil fiel bien definido.
Mis días son
insomnios remendados,
mis noches
son momentos definidos,
mi paraíso
son versos que he cosido
con pespuntes
del hilo que he ganado.
La insidia y
el rencor no se han parado
a husmear en
mi razón y he sabido
regentar mi
alcoba con el mismo atino
que la pasión
me ha dominado.
Hasta los
sueños malgastados y perdidos
forman parte
de mi “yo” no completado
porque no son
las canas misión de mi cuidado
ni a la bolsa
en buen recaudo la he metido.
En el alma
llevo la prisa, los amigos,
un libro, una
guitarra, un credo, lo soñado,
lo real, lo
vivido, la paz y lo deseado
y no le he
puesto final a cuanto aspiro.
En poco más
que amar me quedo resumido,
solo con
versos quisiera haber cambiado
este dogal de
mundo que para vivir me han dado
y no renuncio
al placer de reandar por mis caminos.
A dios, que
todos me dicen que ha existido,
no lo busqué
ni me sentí esperado
ni de menos
le eché ni me ha llamado
ni ha sido en
mis entrañas recibido.
En poco más
de dar y amar mi vida se ha quedado
y espero no
perder con ello todo lo querido.
Ramón
Llanes
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