LA PROEZA DE PERDER
Habré perdido miles de veces, a diario en el cupón, a menudo en otras apuestas y muchas en la liga de fútbol donde suelo tener los mismos colores desde que me conozco, como buen aficionado; y consiento en afirmar que perder también es una proeza solo reservada para una inmensa mayoría de humanos que son creyentes de sí mismos y continúan pensando en alcanzar algo. Me sugiere ganas de sueños, pensamientos alocados, futuros imposibles, necesidades resueltas; también me sugiere la animosidad del desencanto para ofrecer alternativas al destino con la dulce sorpresa de haber sido un ejemplo normal de bicho viviente acostumbrado al fácil arte de perder. Y me viene al caso que no es necesario flagelarse o aprender a saber perder, que es hasta necesario entrar en un estado mental de enfado a fin de sacarle el jugo de afinar mejor en la ocasión más próxima. Soy un perdedor profesional y no me asusta ni me preocupa, como tampoco me desalienta ser calvo, haber nacido en un pueblo pequeño o ser un sentimental empedernido. Son mis proezas.
Ramón Llanes 25 julio 2023.
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