A VECES LAS CIUDADES SON TEMPLOS
Para explicar cómo es el silencio solemos referir un templo que es un lugar de culto y oración donde se duerme calladamente el ruido y se percibe la densidad de la calma en su más grata y extensa expresión. Un templo me pareció mi ciudad al poco de pasearla, olvidado de prisa, en la mañana del sábado donde surgían por doquier los humanos y sin embargo se masticaba curiosamente el silencio más profundo; hacía calor, las personas andaban de uno a otro lado, cada cual llevaba su bolsa, su sombrero, su abanico, su mirada y su silencio. Y me encantó observarlo y me pareció un templo y me alegré de comprobar que a veces en las ciudades se cultiva el silencio y sobran las palabras.
Ramón Llanes
No hay comentarios:
Publicar un comentario