CUANDO TÚ ESCRIBES
Dedicado, fíjate, con una admiración útil,
a Manuel Garrido Palacios, cuando escribe.
Cuando tú escribes, divulgas un halo de complicidad a
quienes volvemos la vista a tu ejercicio. Te imagino, mirando horizonte de ría,
Mozart de fondo o tal vez (también)
Beethoven gafas a medio caer, letras ensimismadas unas con otras, tú
domándolas; te imagino sobresaltado por cada emoción que te va propinando este
parto tuyo; te imagino feliz, lo sé. Luego, te imagino esculpiendo para dentro
el gozo que te dió lo escrito. Y después de todo evitas tu propio halago y le
dedicas tu honor a las palabras que se te acercaron.
Cuando tú escribes, sentado, serio y
solitario, en las tardes asomadas de rojo, acá en la Onuba febril de los
artistas, el tiempo deja de pasar y te respeta, y aparece a propósito en un
letargo postizo que nadie advierte. Escribes, pues, sin soledad, con un
universo de músicas y palabras que jalean la vocación; escribes a compás de
tiempo y con su aquiescencia. Al poco, vienen a mí, tus pensamientos, a leerse.
Es imposible pensar para otro lado, cuando tú escribes.
Ramón
Llanes
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