ARRUGAS
Hay
un precipicio entre la sensación de belleza y la propia belleza, los paisajes
tienen el don de parecernos bellos, es bello el mar, son bellas las tardes de
lluvia, la alegría tiene esa facultad innata para ser siempre bella, el cuerpo
humano es bello, son bellos los sentimientos, es expresamente bella la verdad,
hay todo un recetario de personas y cosas que responden a los cánones de
belleza tal como la disciplina ética de la civilización lo tiene asumido y
entendido. El libro de los gustos sí existe, cada cual lo lleva impreso en el
carácter y aquello que está calificado como bello viene ya consensuado por una
mayoría.
Alguien
vino a acuñar la frase de “la arruga es bella” porque el momento lo requería
para destronar los modos excesivamente convencionales y en efecto rompió moldes
y consiguió que a partir de entonces se le prestara más atención a las arrugas,
aunque bien mirado cada arruga es una imperfección de la ropa, la piel o el
paisaje. La vida toda tiene sus arrugas, el tiempo va dejando sus imponderables
huellas y aquello perfecto se deteriora con su transcurso. Ya hemos aprendido,
nuestros criterios de razonabilidad se mueven en otros ámbitos, la arruga es
aceptada, como es aceptado el óxido en las cosas, la vejez en los muebles, la antigüedad
en los monumentos, todo se ha convenido desde un tácito consentimiento y la
arruga ha dejado de ser imperfección.
La
arruga no está subordinada a los gustos
ni al modismo ni a los consejeros ni a la publicidad, no tiene rebeldía para
imponerse a los tropeles que la rechacen, es esquiva a la insolencia y se
determina en el más convencional de los halagos. La arruga, además, posee
ternura, se ha formado tanto en el deleite que se presenta como el resultado
más bello de la huella del tiempo en el sentir de las personas. La arruga viene
a suplir la entelequia del orgullo, del excesivo orgullo y del denostado
cuidado por el cuerpo hasta límites de hedonismo. En la vida de cada cual
existe un hueco arrugado que conserva el sentido más puro de su cualidad como
ser humano y perdura y nunca se perderá y será el tiempo quien lo mejore. Las
arrugas de la vida son bellas como la misma vida. O eso me parece.
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