OTROS
Los descubrí de verdugos
en los zampuzos,
de conserjes en las escaleras
de sátrapas en los escenarios,
de indigentes en las avenidas sucias
del hedor, de machotes aparecían
cuando tocaba sacar muslo,
de dioses si hacía falta
y nunca de hombres, nunca de ancianos
ni de presos.
Me inventé la necesidad
de una desaparición de todos
a las puertas de un otoño de llovizna,
no amaban, no sabían enamorarse,
consumían la jerga del placer
mas nunca del abrazo,
no se fueron, quedaron irritados
por el imperio de los románticos,
mandaron caer los árboles
y desmenuzar las palabras esdrújulas
para destruir la dignidad,
creyeron que los signos de los poetas
desafiaban su desarmonía.
Es demasiado vulgar sobrevivir.
Ramón Llanes.
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